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La doncella de Orleans

Pequeña reseña sobre Jeanne d'Arc, la «doncella de Orleans», una mujer que terminó convirtiéndose en la heroína nacional de Francia.

La doncella de Orleans

A principios del siglo XV, Francia estaba dividida en tres grandes zonas: el sur, gobernado por el rey francés Charles VII; el noreste, gobernado de forma independiente por el poderoso duque de Borgoña; y el noroeste, que estaba bajo dominio inglés. El país estaba agotado por una larga guerra que había comenzado en 1337 entre franceses e ingleses por el trono de Francia (la llamada guerra de los cien años).

Jeanne d'Arc en una miniatura pintada entre 1450 y 1500 (Centre Historique des Archives Nationales, Paris, AE II 2490)

Jeanne d’Arc en una miniatura pintada entre 1450 y 1500 (Centre Historique des Archives Nationales, Paris, AE II 2490)

En este contexto, en 1429 una muchacha se presentó en la corte de Charles VII diciendo que había tenido unas visiones divinas, unas voces, en las que Dios decía que había que expulsar a los ingleses de Francia y liberar la ciudad de Orleans, bajo asedio inglés desde hacía seis meses. La chica se llamaba Jeanne y venía vestida como un varón para cabalgar entre hombres sin presencia de padre o marido que velara por su castidad. Una vez que una comisión de expertos dictaminó que era virgen, condición indispensable para hacer caso a una mujer humilde que hablaba en nombre de Dios, el indolente rey francés decidió que no tenía nada que perder y permitió que marchara hacia Orleans abanderando un pequeño ejército. Donde él había fracasado, el ejército espoleado por Jeanne consiguió su cometido y, a principios de mayo, los ingleses se retiraron de la ciudad tras haber sufrido muchas bajas.

Este triunfo militar motivó al rey a emprender otros frentes, incluida su coronación en la ciudad de Reims, en territorio enemigo, en un gesto de soberanía propiciado por Jeanne. Finalmente, después de protagonizar otras batallas y peripecias —algunas desastrosas, como el fallido intento de tomar París—, en mayo de 1430 Jeanne fue capturada por los borgoñeses, quienes la entregaron a los ingleses.

Charles VII pensó que la muchacha ya no podía ofrecerle nada más y permitió que los ingleses la juzgaran culpable de herejía, un delito pagado con la hoguera. A pesar de la campaña de infamias que organizaron los ingleses tras su ejecución, el prestigio de la «doncella de Orleans» creció a pasos agigantados por toda Francia, donde no tardó en convertirse en una heroína nacional.

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