La geomantia
Una técnica mántica muy en boga durante el Renacimiento
De la importancia de la geomantia
Por extraño que parezca, en esta vida no está de más saber cómo funciona la geomancia, en latín, geomantia, dado que así podremos entender mejor cómo funciona el libro Le risposte della signora Leonora Bianca: dove ingeniosissimamente et con mirabil arte, si pronostica, & risponde à diverse & molte curiose dimande & richieste, circa le cose future, escrito por la mencionada señora Bianca Leonora y publicado en Venecia por Francesco Rampazetto en 1565.
Con este objetivo podríamos consultar un libro de magia muy en boga en el siglo XVI, el De occulta philosophia libri tres (Los tres Libros de la filosofía oculta), de Heinrich Cornelius Agrippa, donde se explica la geomantia. Sin embargo, esto sería contraproducente si queremos entender también cómo funcionaba la geomantia en el siglo XV, dado que fue escrito hacia 1531. Vamos a ver, por lo tanto, una obra más antigua: El tratado de Geomantia de Pietro di Abano.
Pietro d’Abano o Petrus de Apono o Aponensis (c. 1250 – c. 1316) fue un médico italiano que trabajó como profesor de medicina, filosofía y astronomía en la Universidad de París y, desde 1306, en la de Pavía. Interesado por los textos de Galeno y Avicena, fue profundizando cada vez más en filosofías orientales hasta que sus escritos llamaron la atención de la Inquisición. Como solía suceder en estos casos, fue acusado de nigromancia, torturado y ejecutado.
Figuras binarias
La geomántica es una técnica de adivinación que ya practicaban en la Edad Antigua. Fue muy empleada por los astrólogos árabes y, de aquí, volvió con fuerza a Europa a finales de la Edad Media. La razón principal de su atractivo es que es muy sencilla. A diferencia de la astrología, que demanda conocimientos astronómicos para armar el discurso, en este caso, bastaba con tener un poco de intuición, labia y empatía para contar una milonga interesante para el príncipe de turno.
Todo el sistema se basa en un sistema binario. El que consulta hace una pregunta concreta: ¿conviene ir a la guerra?, ¿mato a Lorenzo di Medici?, ¿me caso con María de Saboya?, ¿subo los impuestos de la lana? o cualquier otro asunto que se nos ocurra. Entonces, el mago realiza la consulta geomántica y responde. La consulta se realiza de la siguiente manera.
Tirando un dado o unas piedrecitas, haciendo marcas en la arena, dibujando en un papel o mediante cualquier sistema similar, el mago realiza una «tirada», la cual da un resultado par o impar. Si es par son dos puntos y si es impar, un punto. Cuatro tiradas de este tipo, que pueden ser par o impar, forman una figura, la cual se dibuja poniendo de arriba abajo uno o dos puntos según corresponda. Este galimatías se entiende fácilmente con un ejemplo. Imaginemos que tiramos 4 veces un dado de seis caras y obtenemos este resultado:
- Tirada 1: 3
- Tirada 2: 2
- Tirada 3: 5
- Tirada 4: 4
Convertimos el resultado en posiciones binarias:
- Tirada 1: 3 > Impar: 1 punto
- Tirada 2: 2 > Par: 2 puntos
- Tirada 3: 5 > Impar: 1 punto
- Tirada 4: 4 > Par: 2 puntos
Si dibujamos la figura resultante quedaría algo así:
Sin embargo, en la geomántica occidental se prefiere centrar el punto, que así queda más bonito y permite relacionar las figuras con imágenes simbólicas más fácilmente, como veremos a continuación. Por lo tanto, vamos a dibujarlo así:
Las 16 figuras geománticas
Dado que cada fila puede tener dos posiciones (una o dos bolitas, impar o par) y hay cuatro filas, las figuras posibles son 16. Estas son:
Cada una de estas figuras tiene una serie de características. Entre las más importantes, según Petrus Albanus, que no Agripa, no lo olvidemos, destaca su clasificación en función de los temperamentos y los elementos.
Así, en función de su naturaleza, cada figura adquiere unas peculiaridades básicas. En esencia, según Albano, son las siguientes:
Lo ígneo tiene que ver con lo cálido, lo seco, las cosas meridionales, diurnas, masculinas, soberbias, furiosas. Son del sur.
Lo aéreo, con lo cálido, lo húmedo, las cosas sanguíneas, masculinas, diurnas, fuertes, bondad y la templanza. Son del este.
El agua, con lo frígido, lo húmedo, flemático. Son las cosas femeninas, nocturnas, afortunadas y buenas. Son del norte.
Por último, la tierra se relaciona con la melancolía y lo femenino. También son las cosas nocturnas. Son del oeste.
También se pueden agrupar en fijas, móviles y mixtas. Las figuras fijas tienen un solo cuerpo singular, las móviles son de medio cuerpo y diminuto, que no sé bien qué significa.
Además, hay figuras afortunadas, negativas y neutras. De hecho, se agrupan en pares opuestos. Por ejemplo, Albus, blanco, se opone a Rubeus, que significa rojo (en Oriente, la oposición blanco-rojo equivale a la oposición blanco-negro occidental). Esto queda claro si traducimos los nombres:
Latín | Español | Figura binaria |
Aquisitio | Ganancia | 1010 |
Amisio | Pérdida | 0101 |
Letitia | Alegría | 0111 |
Tristitia | Tristeza | 1110 |
Fortuna Mayor | Fortuna Mayor | 1100 |
Fortuna Menor | Fortuna Menor | 0011 |
Coiunctio | Reunión | 1001 |
Carcer | Cárcel / soledad | 0110 |
Albus | Blanco | 1101 |
Rubeus | Rojo | 1011 |
Puella | Niña | 0100 |
Puer | Niño | 0010 |
Populus | Pueblo | 1111 |
Via | Camino | 0000 |
Caput Dragon | Cabeza de Dragón | 1000 |
Cauda Dragon | Cola de Dragón | 0001 |
Así, según Albano, las figuras se clasifican en:
Madres, hijas y jueces
Aclarado esto, veamos cómo se hace una consulta. Lo primero es construir cuatro figuras: las madres. Como hemos visto, para construir una figura se tira cuatro veces un dado (o lo que sea) y se van poniendo uno o dos puntos según el resultado sea par o impar. Imaginemos que el resultado es este (se escriben de derecha a izquierda, porque así escriben los árabes):
Para dibujar la quinta figura, se cogen los puntos de la primera fila de cada una de estas cuatro madres y se van poniendo en orden. Primero los de la primera, luego los de la segunda, etcétera.
Siguiendo este mismo procedimiento, se forma la sexta figura tomando los puntos de la segunda fila; la séptima, con los de la tercera; y la octava, con los de la cuarta.
Estas otras cuatro figuras se llaman hijas y se dibujan, también de derecha a izquierda, al lado de las madres
Para las siguientes figuras, el procedimiento cambia. Se van sumando, por parejas, los puntos de cada fila. Si el resultado es par, se ponen dos puntos, si es impar, un punto. Por ejemplo:
Así, con la primera y la segunda, se saca la novena; con la tercera y la cuarta, la décima; con la quinta y la sexta, la undécima; y con la séptima y la octava, la duodécima. Estas cuatro figuras resultantes son los sobrinos.
Con el mismo procedimiento de ir sumando figuras por parejas, se obtienen las figuras 13 y 14. La 13 sumando la 9 y la 10; y la 14 con la 11 y la 12. Estas dos nuevas figuras se denominan testigos.
Siempre de la misma manera, sumando la 13 y la 14, se obtiene la figura 15, que es la más importante. Recibe el nombre de juez y es la que determina la respuesta. Además, también se emplea otra figura más, el superjuez (sobregiudice), que se obtiene duplicando a la inversa el juez: donde hay un punto se ponen dos y viceversa.
Hasta aquí se obtiene una respuesta simple. Por ejemplo, imaginemos que somos Filippo Maria Visconti, señor de Milán, y hemos preguntado si conviene declararle la guerra a Venecia. Como el juez es la figura 15, la Via, el mago podría responder que sí, dado que es una figura positiva. Bueno, en realidad lo diría de forma más enrevesada y ambigua, que para eso es mago. Sin embargo, la consulta se podía hacer más compleja distribuyendo las figuras en casas.
Las casas
Para relacionar la geomantia con la astrología y otros menesteres mánticos, la lectura de los puntos puede encuadrarse en las casas, que es como se denominan a los triángulos de esta figura:
Los Anguli son las casas más importantes, son las que determinan la respuesta. Las Sucedens hacen referencia a los que sucederá y las Cadens a lo que ha sucedido. Abano no explica dónde deben situarse las figuras, por el contexto parece que se van poniendo en el número equivalente, es decir, la primera madre en la casa 1, la segunda en la 2, etcétera, y los testigos y el juez en el centro. Sin embargo, Agrippa indica un orden diferente:
- Madre I en casa I.
- Madre II en casa X.
- Madre III en casa VII.
- Madre IV en casa IV.
- Hija I en casa II.
- Hija II en casa XI.
- Hija III en casa VIII.
- Hija IV en casa V.
- Sobrino I en casa IX.
- Sobrino II en casa VI.
- Sobrino III en casa III.
- Sobrino IV en casa XII.
Cada una de estas casas potencia el vaticinio de la figura. Además, tiene sus propias características. Por ejemplo, en palabras de Abano:
«La primera casa significa la vida, el Cuerpo, el ser, el ánimo y la intención del consultante, es decir, por el que se hacen estas figuras. Y la consulta significa el principio de cada cosa planteada. Y se opone a la séptima casa. Y significa la sustancia y el asunto del prisionero. Y es alegría de Mercurio».
De esta descripción críptica, vamos a quedarnos con la última referencia a Mercurio, porque aquí está la clave de las casas. El gran problema que tenían los magos occidentales es que no conseguían cuadrar la geomantia con la otra gran superstición del momento, la astrología, por los números que emplean una y otra mántica. Como hemos visto, la geomantia emplea 16 figuras, mientras que la astrología utiliza o bien las 12 constelaciones o bien los 5 planetas y las dos luminarias (Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio, Luna y la Tierra). Es decir, necesitaban encajar un sistema de 16 elementos con otro de 19 o 18, según tomaran en consideración o no la Tierra. Por ejemplo (sitúo las constelaciones al azar, que me da pereza investigar dónde va cada una según Abano):
Así, en función de las figuras resultantes, de dónde había salido cada figura (no es lo mismo, por ejemplo, que Amissio sea juez por combinar Letittia con Fortuna Mayor o por combinar Tristitia con Fortuna Menor) y de su posición en el cuadro de las casas zodiacales, el mago vaticinaba un pronóstico que se solía ajustar a lo que quería escuchar el príncipe de turno, tal y como suelen hacer el ejército de mánticos diversos de la actualidad.
Bueno, pues ya sabemos algo más sobre la magia durante el Renacimiento y, lo que es más importante, ya podemos entender cómo funciona el libro de vaticinios de la señora Bianca.
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