La Lista Real Sumeria
Un documento clave para la historia sumeria
Hacia el III milenio a. C., la civilización sumeria estaba comprendida por varias ciudades Estado, amurallas y presididas por un tempo principal, desde las que se gobernaba las aldeas del territorio colindante.
Uno de los documentos literarios más importantes que nos ha llegado para comprender la evolución política de aquel período es la llamada Lista Real Sumeria, que se ha conservado en varias copias más o menos deterioradas, como la WB 444, más conocida como Weld-Blundell Prism, que hoy se encuentra en el Ashmolean Museum de Oxford.
En la Lista Real se enumeran los reinados que se fueron sucediendo desde el principio de los tiempos hasta el momento en que fue escrita, una fecha que según el historiador danés Thorkild Jacobsen, pionero en su estudio y traducción, podría haber sido durante el reinado de Utu-hengal de Uruk, hacia el 2050 a.C., aunque otros historiadores sostienen que podría haber sido hacia el 1800 en la ciudad babilónica de Larsa.
Se inscribe en uno de los géneros favoritos de los sumerios, los catálogos, y se puede considerar uno de los primeros documentos de intención histórica de la humanidad. No es muy rigurosa, silencia algunos acontecimientos históricos y otros los relata de forma distorsionada, pero, tomada con cautela y contrastada con otras fuentes, nos sirve de hilo conductor para seguir la pista a los acontecimientos políticos del tercer milenio en tierras sumerias.
La parte más extraña del relato se cuenta al principio, en un fragmento que probablemente no formaba parte del original, en el que se habla de unos reyes misteriosos cuyos reinados abarcan miles de años. Así, según la Lista, los dioses le dieron primero la realeza a la ciudad de Eridu, al rey A-lulim, que gobernó durante 28.000 años, y tras él fue rey Alalĝar durante 36.000 años. Luego la realeza pasó a la ciudad de Bad-tibira, donde gobernaron sucesivamente En-men-lu-Anna (43.200 años), En-men-gal-Anna (28.800 años) y Dumu-zi «el pastor» (36.000 años). Bad-tibira cayó y su lugar fue ocupado por la ciudad de Larak, donde solo hubo un rey, En-sipad-zid-anna, que gobernó durante 28.000 años. Tomó el relevo la ciudad de Sippar, en la que reinó En-men-dur-anna (21.000 años) y, tras ella, la realeza pasó a Shuruppak, donde gobernó Ubar-Tutu durante 18.600 años. A continuación sobrevino el Diluvio, un castigo divino que inspiró el Diluvio hebreo, y luego la realeza pasó a Kish y una larga serie de ciudades.
Las cifras de estos reyes míticos cobran algo de sentido cuando se pasan al sistema sexadecimal que usaban los sumerios, pero aún así siguen siendo tan exageradas que resultan sorprendentes, por lo que cabe preguntarse si de verdad creían que podían haber existido reyes tan longevos o solo era una hipérbole literaria o quizás estos números tenían algún tipo de significado simbólico y estaban relacionados, por ejemplo, con algún ciclo astrológico. En cualquier caso, parece que la creencia de que hubo unos gobernantes de longevidad legendaria antes de un cataclismo universal debió de estar bastante extendida y la encontramos recogida y adaptada incluso en otras religiones, como la hebrea y de aquí, la cristiana.
Notas
1. Thorkild Jacobsen planteaba en la introducción de su traducción de la Lista Real que el fragmento antediluviano no debía de formar parte del texto original dadas algunas diferencias de estilo muy marcadas, como algunas formas verbales para referirse o la fórmula empleada para indicar un cambio dinástico.
«In the antediluvian section the formula for change of dinasty begins: “I (the author) drop the city A”; in the postdiluvian section the formula begins: “The city A was smitten with weapons” […].
»Its inconceivable that a man of this type should have made the purposeless and totally unnecessary change from “I drop the city A” to “The city was smitten with weapons” which we find in the formula for change of dinasty. People with precise minds do not start before they have the exact formula to be used clearly in mind, and then they stick to it. They do not arbitrarily reject it when they get halfway, to evolve a different one. The existence of this change therefore points to a different hand; a later copyist is trying in the antediluvian section to adapt a source with different phraseology to that used in the King List». (62, 63)
2. Traducción al inglés de Jacobsen del fragmento de los reyes antediluvianos:
Col. I
When the kingship was lowered from heaven
the kingship was in Eridu(g).
(In) Eridu(g) A-lulim(ak) (became) king
and reigned 28.000 years;
Alalğar reigned 36.000 years.
2 kings
reigned its 64.800 years.
I drop (the topic) Eridu(g);
its kingship to Bad-tibira(k)
was carried.
(In) Bad-tibira(k) En-men-lu-Anna(k)
reigned 43.000 years;
En-men-gal-Anna(k)
reigned 28.800 years;
divine Dumu-zi(d), a shepherd, reigned 36.000 years.
3 kings
reigned it 108.000 years.
I drop (the topic) Bad-tibira(k);
its kingship to Larak was carried.
(In) Larak En-sipa(d)-zi(d)-anna(k)
reigned its 28.800 years.
1 king
reigned its 28.800 years.
I drop (the topic) Larak;
its kingship to Sippar
was carried.
(In) Sippar En-men-dur-anna(k)
became king and reigned 21.000 years.
1 king
reigned its 21.000 years.
I drop (the topic) Sippar;
its kingship to Shuruppak was carried.
(In) Shuruppak Ubar-Tutu(k)
became king and reigned 18.600 years.
1 king
reigned its 18.600 years.
The Flood swept thereover.
After the Flood had swept thereover,
when the kingship was lowered from heaven
the kingship was in kish. […]
The Date of the Sumerian King List. M. B. Rowton. Journal of Near Eastern Studies. Vol. 19, No. 2 (Apr., 1960), pp. 156-162.
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