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El Basilisco

Algunos textos sobre el basilisco, una bestia mitológica con aspecto de serpiente cuya mirada dejaba petrificado.

El Basilisco

Plinio. Historia Natural. Libro VIII:

«En el sur de Etiopía se encuentra la fuente Nigris; la opinión común ve allí el origen del Nilo, y los argumentos que hemos expuesto parecen confirmarlo. Cerca de esta fuente vive la bestia llamada catoblepas, de una talla por lo demás mediana y de andar perezoso, toda su actividad consiste en llevar dificultosamente su cabeza, que es muy pesada, y que tiene siempre inclinada hacia el suelo. De otro modo sería la plaga del género humano, pues todo hombre que ve sus ojos muere inmediatamente.

Basilisco. Boceto de Albert Dürer, c. 1512, sobre el reverso de un folio en el que su amigo Willibald Pirckheimer (1470-1530) había traducido al latín un pasaje de los Hieroglyphica de Horapolo.

Basilisco. Boceto de Albert Dürer, c. 1512, sobre el reverso de un folio en el que su amigo Willibald Pirckheimer (1470-1530) había traducido al latín un pasaje de los Hieroglyphica de Horapolo.

»La serpiente basilisco no tiene menos poder. Es la provincia de la Cirenaica quien la genera, su largo no pasa de doce dedos, tiene como marca una mancha blanca sobre la cabeza, que se parece a una diadema. Su silbido espanta a todas las serpientes. No anda, como las otras, por una serie de ondulaciones, sino que avanza manteniéndose alta y derecha sobre la mitad de su cuerpo. Destruye los arbolillos, tanto por su resuello como por su contacto; abrasa las hierbas, quiebra las piedras, tanta fuerza tiene su veneno. Se creía en otro tiempo que si era matada de un lanzazo dado de lo alto de un caballo su veneno remontaba a lo largo del asta y mataba a la vez caballo y jinete. Y sin embargo este monstruo –se ha hecho a menudo la prueba para los reyes que le deseaban ver muerto– no resiste el veneno de las comadrejas: que la naturaleza no ha creado nada sin contrapartida. Se guarnecen estas en las cuevas de los basiliscos, que encuentran fácilmente por la infección del terreno. Matan al basilisco por el olor que exhalan, y mueren: así termina el combate de la naturaleza consigo misma».

Anglico. De Proprietatibus rerum. Libro XVIII: De los animales. Capítulo XIV

«Basilisco es un nombre griego que en latín quiere decir regulus y en romance reyzillo. El es el rey de todas las serpientes: como dice Avicena. Y dice que las otras sierpes le an gran miedo y le fuyen y mueren de su vista: y de su resollo; todas las cosas vivas mueren de su vista, y aún las aves que vuelan sobre su cueva caen luego y aún con esto es él vencido por la comadreja que le mete en la cueva do el mora, ca Dios soberano nuestro no dejó nada sin remedio. El basilisco cuando ve la comadreja el huye y ella va tras él y lo mata. El basilisco es una serpiente que a un pie de luengo y es manchado de picas blancas: y ama más el lugar seco que humido, como hace el escorpión. Y cuando el entra en el agua el la encona assi que todos los que después beven mueren, y no menos facen todos los que el muerde: como dice Isidoro en el 4 capítulo de su 12 libro, y Plinio en los XXII capítulos de su VIII libro.

Dice que hay una fuente en Etiopía, la cual es la cabeza del Nilo según la opinión de muchos doctores, y cerca della tal fuente es una bestia que es dicha catoblepas la cual es de pequeño cuerpo y de muy pesados miembros y tiene su cabeza siempre cerca de la tierra. Esto fue muy bueno a los hombres ca todos los que pueden ver sus ojos mueren luego. Y esta misma virtud a el basilisco, el cual según dicen a XII pulgadas de luengo y a una mancha blanca sobre la cabeza assi como una corona. Y el hace huir todas las otras serpientes cuando chifla y no va sobre la tierra doblándose como la culebra más lleva la cabeza toda alzada y derecha en alto. El seca las hierbas y las otras cosas que son cerca del por su resollo y es de tan fuerte veneno que el mata cualquier que le toca de una lanza lejos, mas finalmente la comadreja lo mata, y el hedor del basilisco mata la comadreja. E si ella come primero de la ruda o si ha comido ella no ha miedo del, y aunque el basilisco sea tan envenenado en su vida, después de muerto el guaresce el veneno de las otras sierpes cuando es primero quemado y su ceniza vale mucho al arte del Alquimia y por especial para mudar los metales del uno al otro».

+ Un artículo muy bueno sobre el basilisco:

Gustavo Bueno. Ontogenia y filogenia del basilisco. En El Basilisco, 1ª época, nº 1, 1978, páginas 64-79. Ver on line.

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